miércoles, 1 de abril de 2009

Nélida Sánchez, una mujer de fe



Cuando alguien nos habla de éxito siempre imaginamos refinados sujetos sentados en una impecable oficina decorada con lujoso trofeos y una linda vista a alguna playa del Pacífico. Cuando nos hablan de fortaleza nos imaginamos gente musculosa y atractiva luciendo el último Lamborghini del año; sin embargo, no logramos ver más allá. A los 83 años de edad, Nélida Yolanda Sánchez Cubas aún escala montañas, emprende largas caminatas y hasta viaja por el mundo solamente para salir de la rutina. Nada de lo que vivió ha sido en vano, las dificultades edificaron éxitos y con una satisfacción casi celestial contenida en los labios afirma que "En Cristo todo es posible",


Desde que Arnolfo Becerra Alfaro, su exposo, la dejó, su corazón le pertenece a Dios. Alabar al Señor ha significado una forma de vida que le ayudó a comprender las injusticias producidas en el mundo día a día. Para esta humilde servidora de la Iglesia Casa de Dios, no hay mejor forma de tener éxito que teniendo presente al Señor en todos nuestros proyectos. Ahora, ella es diacona social de la Iglesia Casa de Dios ubicada en la Municipalidad Distrital de Buenos Aires donde se congregan a más de 150 personas.

Siete fue la cantidad de días que el Todopoderoso utilizó para crear la Tierra y al hombre, siete es la cantidad de hijos que le regaló la vida. “Es lo mejor que me ha pasado en mi existencia y lo que me ha impulsado a tener éxito”.

¿Cómo nació su devoción a Dios?
Ocurrió hace ya más de 50 años. Fue debido a que el padre de mis ojos se separó de mí y me dejó a cargo de los siete niños. En ese momento, cuando él cruzó la puerta con sus maletas, yo reuní a mis hijos en un círculo y nos arrodillamos. Después nos encomendamos al Señor abrazándonos, les propuse salir adelante como sea y contra lo difícil que iba a ser y todos ellos, chiquitos, aceptaron seguir conmigo. Ese fue el comienzo.

¿Qué dificultades tuvo al iniciar su nueva vida como mujer cristiana?
La verdad es que para una mujer aparentemente sola y a cargo de tantos hijos no es sencillo solamente decir voy a seguir adelante y nada más. Al principio, mis hijos tenían que compartir a veces el mismo cuarto para estudiar. Yo vendía animales, era costurera y cocinaba, así me ganaba la vida. La facilidad que tuve yo fue trabajar en casa, eso me permitió criar a mis hijos, estar cerca de ellos.

¿Cuál fue la primera iglesia donde comenzó a colaborar activamente y cuán grato fue para usted esa experiencia?
Yo formé parte de la Iglesia Central del Nazareno en 1958. Las experiencias dentro del templo me sirvieron de mucho para enfrentar correctamente a mucha gente que estuvo en contra de mi doctrina. Me ayudó a comprender la separación de mi esposo y me fortaleció más para no odiarlo por eso. Cuando él decidió irse y yo rehacer mi vida, estuve segura de que la fe mueve montañas.

¿Qué es el éxito para usted y cómo cree que el mundo ve el éxito?
Para mí ser exitosa es tener a Dios presente en todos nuestros proyectos, darle gracias por cada día de existencia. Aunque para otros, que lamentablemente viven ciegos en el mundo, el éxito es tener una mansión con piscina, manejar muchos millones, o salir en la televisión; pero que pasa cuando eso se nos acaba, ya no tenemos nada. Ahí es donde debemos tener más fuerza y aferrarnos a nuestro creador.

¿Cuál es su filosofía de trabajo en la iglesia como mujer?
Simplemente, como dice la Biblia: “Sólo la mujer sabia edifica su casa”. Yo he sido influenciado por ello y les imparto eso a cada mujer que conozco, por supuesto, cada mujer que ya ha formado un hogar o está a punto de formarlo.

¿En qué consiste su labor de diacona social?
Bueno, generalmente un diácono es un ministro eclesiástico y de segundo grado en dignidad, inmediato al sacerdocio. Sin embrago, mi labor no tiene nada que ver con la Iglesia Católica, la iglesia que edificamos junto a mi hijo es un templo cristiano evangélico. Yo tengo que visitar casas para difundir el mensaje de Cristo, no importa si me reciben o no porque igual toco sus puertas.
Prácticamente soy una comunicadora social pero dedicada a la palabra de Dios exclusivamente. Mi labor también consiste en ver que todas las cosas de la iglesia estén en orden, coordinar las actividades dentro de ella y velar por el bienestar de los hermanos, especialmente los más humildes.

¿A qué se dedican sus hijos?
Bueno, Betty, la mayor, es profesora; Víctor es biólogo pesquero; Victoria, médico; Vicky, médico; Nora, médico; Bertha, microbióloga y Carlos, abogado y actual vocal de la Corte Superior de Justicia de Trujillo.

¿Cómo comenzó a edificar la Iglesia Casa de Dios?
La iglesia fue edificada por mi hijo principalmente, pero yo siempre lo impulsé para que él no abandone el proyecto, hubo muchas dificultades. Yo asistí con mis hijos hasta un determinado tiempo porque algunos fueron a estudiar lejos y se establecieron e Lima y en el extranjero; sin embrago, quienes permanecieron aquí en Trujillo fue mi hija Bertha, Víctor y Carlos, el menor de todos. Ellos, ya profesionales, decidieron formar parte de la Iglesia los Sauces – también ubicada en la municipalidad de Buenos Aires- en 1998. Siempre iban con sus familias logrando que su devoción sea cada vez más fuerte. En el 2005, muchos miembros de la Iglesia se separan de aquel templo porque hubo diferencias entre algunas autoridades que encabezaban la iglesia Los Sauces. Carlos, mi hijo, era político en ese tiempo; sin embargo, su corazón ya le pertenecía a Cristo. Eso lo animó a emprender el proyecto “Casa de Dios” en el 2006, logrando congregar a más de 50 personas el primer año.

¿Cómo consiguió el permiso para el local?
Como te dije: “En Cristo todo es posible”. Hemos pasado por varias situaciones inestables. Cuando comenzamos, recuerdo que nuestra iglesia se localizaba en la casa de un hermano ex miembro de Los Sauces y la capacidad para recibir a cada vez más integrantes era casi imposible. No podíamos dejarlos en la calle. Por esa razón, Carlos se encargó de buscar otros locales.
Después de 6 meses, la Iglesia se establece en la avenida Larco frente al restaurante de comida chifa Chong Wa. Más adelante, los propietarios nos dijeron que no era posible quedarnos porque iban a abrir una academia de marinera. Eso no nos detuvo de seguir con nuestra visión y fue así como pudimos encontrar en el 2007 un local estable, arreglando todo el papeleo con la Municipalidad Distrital de Buenos Aires. Entre ese año y el año pasado (2008) hemos congregado a 150 personas.
Tuve que visitar a muchos personas en aquella zona. Por supuesto, no me iba sola, siempre estuve acompañada de mi nuera, la esposa de mi hijo Carlos y del Señor, quien nunca me abandona. A veces, la gente no entiende el poder que Cristo les puede dar en sus vidas, pero lamentablemente la mala educación en nuestro país, así como el dolor y resentimiento que muchos guardan no los deja ver.

¿Cuál ha sido el mayor logro de su vida?
Ver a mis hijos profesionales, sentir que luché contra viento y marea para que ellos salgan adelante, algunos con la palabra de Dios en el corazón. Felizmente, todos están vivos y meda gusto que se hayan mantenido unidos hasta ahora. Estoy contenta de poder ver a muchas personas cuyas vidas han cambiado debido a la gracia y al poder de Cristo. Me recuerda mucho aquella época cuando no recibí apoyo de mi ex esposo. Ahora, levanto la vista al cielo y agradezco cada respiro que doy, pues ya no le tengo que miedo a la muerte.

1 comentario:

  1. Durante los últimos años el blog ha comenzado a tener presencia en Internet. En el Perú superan ya los 15 mil blogs y cada vez va en aumento. La ciudad de Trujillo no puede estar ajena a utilizar esta interesante herramienta interactiva. Por eso un grupo de jóvenes periodistas crearon en octubre del 2008 la primera red de blogs llamada www.inkablogs.com . Y recientemente acaba de crear el primer videoblog, que es igual a, digamos, ver televisión local por internet. El videoblog se llama: www.trujilloteve.com
    GRACIAS POR SU VISITA
    Puede agregarnos a su msn para compartir ideas acerca de los blogs y videoblogs. trujilloteve@hotmail.com

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